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Destaca como profesional: 5 tendencias en competencias directivas

diversidad generacional

La esencia del trabajo está cambiando, lo que no cambia en el ámbito profesional es ese anhelo por destacar y progresar. En esta condición, es necesario saber qué atributos se requieren para lograr este propósito. Ahora, no sólo evaluamos a los miembros de nuestros equipos de trabajo por su conocimiento, por su experiencia o por su inteligencia sino por el nivel de habilidad que tienen para coordinarse y coordinar a otros.

En la actualidad, damos por hecho que las personas son inteligentes, que sus credenciales avalan el conocimiento adquirido y que cuentan con los conocimientos técnicos para asumir las responsabilidades que se les han asignado. Dicho de otra forma, no basta con un título que avale lo que sabemos ni los años de trabajo que sustenten lo que conocemos, se requiere de ciertas competencias que nos hagan sobresalir y nos otorguen una ventaja competitiva.

Entender cuáles son las habilidades, conocimientos y desempeños que nos ponen un paso adelante es estar preparados. La encrucijada que vivimos nos hace enfrentarnos a una circunstancia particular: los Baby Boomers se empiezan a jubilar, la Generación X tiene exigencias muy especiales frente al trabajo y la dedicación que demanda, los Millenial ya no son esa generación de jovencitos que salen del cascarón, ya están cerca de los cuarenta años y están enfrentando la gestión de la relación y dirección, de igual manera han irrumpido con fuerza en la estructura de las organizaciones. La diversidad es la constante en nuestro tiempo.

A pesar de que cada generación tiene sus competencias distintivas, existen tendencias directivas que es conveniente desarrollar, con independencia del año en el que nacimos. Como punto de arranque es importante reflexionar sobre el entorno en el que vivimos y en el que nos desempeñamos. Eso nos hace falta en un mundo acelerado en el que el análisis falla, las respuestas inmediatas no siempre son las mejores y los desafíos frente a la incertidumbre son cada vez más grandes.

Las tendencias directivas son las siguientes:

Comunicación. Es la capacidad para transferir e intercambiar información de forma eficiente para que las personas se puedan relacionar. Esta competencia va más allá de los medios que se elijan, es entender cuándo y cómo comunicarse de manera formal, informal, en tiempos de crisis y sobre todo la forma de negociar.

Pensamiento crítico. Una vez que nos hemos dado tiempo de expresarnos y que hemos escuchado, pasamos a la etapa de valoración. Esta competencia se refiere a la capacidad que tenemos de ver todos los puntos de vista para analizar en forma crítica lo que percibe en la organización y fuera de ella.

Diversidad generacional. Se refiere a tener la capacidad para trabajar, cooperar, coordinar y colaborar con las personas de nuestro equipo, tomando lo mejor de cada uno respetando y entendiendo la diversidad que presentan las diferentes edades, perspectivas, habilidades aprovechando la riqueza que cada generación puede aportar.

Diversidad de género. Consiste en comprender que todas las personas tenemos la posibilidad de afrontar las pruebas profesionales con independencia de género. Es decir, la misión es quitar aquellos prejuicios que nos separan, romper los techos de cristal, poner a jugar a nuestro favor las diferentes perspectivas.

Autoadministración. Implica asumir la responsabilidad de nuestro propio desarrollo, considerando la responsabilidad de nuestra vida en el trabajo y fuera de él. La autoadministración implica integridad y ética, entusiasmo y flexibilidad, equilibrio de la persona, conocimiento y desarrollo de uno mismo.

Dado que la esencia del trabajo está cambiando constantemente, no es posible definir una sucesión de puntos exacta que nos delinee la forma de destacar, no hay recetas, ni fórmulas mágicas. La tendencia expuesta es una alerta que nos ayuda a entender el rumbo y elegir desempeños dinámicos que nos ayuden a resolver y enfrentar los desafíos que se presentan en las organizaciones. La esencia del trabajo está cambiando, lo que no cambia en el ámbito profesional es ese anhelo por destacar y progresar.