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El SAT hace un par de meses dio a conocer los criterios que utilizará para programar auditorías lo que significa que no es “al azar” la elección de contribuyentes a fiscalizar enfocándose en contribuyentes que muestran señales de riesgo.
Entender cómo y por qué el SAT decide revisar a un contribuyente es clave para prevenir riesgos fiscales y evitar posibles revisiones.
Los indicadores de riesgo y por qué importan
De acuerdo con los criterios publicados, el SAT prioriza auditorías cuando detecta conductas asociadas a evasión, simulación, omisiones o solicitudes improcedentes. Entre los principales indicadores de riesgo están:
- Operaciones con “factureras” o “nomineras” (proveedores con alto riesgo): puede implicar deducciones no soportadas.
- Pérdidas fiscales recurrentes: cuando una empresa reporta pérdidas de manera constante y estas no se justifican con su operación real, se convierten en un foco de atención para el SAT. Importante para aquellas empresas que cobran en efectivo sin declarar esos ingresos y deduciendo los costos que corresponden a sus productos o servicios. ¡La autoridad ya lo detectó!
- Simular o abusar de deducciones: deducir sin evidencia suficiente (contratos, entregables, pagos, materialidad).
- Ingresos no declarados: diferencias entre CFDI, estados de cuenta, plataformas, clientes o información de terceros.
- Abuso de estímulos fiscales o devoluciones improcedentes: aplicar beneficios sin cumplir requisitos o pedir saldos a favor sin sustento.
- Inconsistencias entre lo comprado/importado y lo vendido: inventarios “que no cuadran”, márgenes ilógicos o flujos sin explicación.
- Comercio exterior con focos rojos: importar con precios por debajo de mercado o incumplir regulaciones/restricciones no arancelarias.
- No enterar retenciones a terceros: un riesgo clásico que suele escalar rápido en revisión.
- Operaciones con paraísos fiscales: requieren especial cuidado documental y de sustancia económica.
- Tasa efectiva de ISR menor a la del sector: cuando el SAT compara contra “contribuyentes similares” y detecta diferencias con respecto a estas tasas.
- La publicación de estos criterios no debe ser una amenaza, sino como una oportunidad para corregir y evitar malas prácticas. Conocer cómo revisa la autoridad permite corregir a tiempo, fortalecer controles internos y reducir riesgos fiscales.
Hoy más que nunca, la prevención, el orden y la asesoría adecuada marcan la diferencia entre una operación tranquila y una auditoría costosa en tiempo y recursos.
Colaboración:
C.P.C. Enmanuel Morales



